viernes, 18 de abril de 2014

Actividad Física y Salud

En los países que poseen un alto desarrollo industrial y tecnológico, ha tenido y tiene lugar una considerable disminución de la realización de esfuerzo físico por parte de la población, algo que no ocurría antiguamente, ni siquiera ahora en civilizaciones con menor nivel de desarrollo.
Ese trabajo físico define la forma de vida de una civilización, mostrándose claramente relacionada con un adecuado nivel de salud de sus individuos.
Es el aumento del sedentarismo el que está llevando a que se estudie de forma pormenorizada la relación entre actividad física y salud, desde dos puntos de vista: la práctica de la actividad física como elemento conformador de un estilo de vida saludable, y la aportación que desde la educación física puede hacerse en la educación para la salud.
Queda más que demostrado que la realización de una actividad física adaptada a las posibilidades del individuo, en cuanto a tipo, duración, intensidad, frecuencia y progresividad, mejora la salud de la persona y ayuda al tratamiento de enfermedades como obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, algunas enfermedades respiratorias, etc.
Esto es debido, en buena parte, al conjunto de adaptaciones morfo-funcionales que tienen lugar en el organismo a causa de la práctica asidua de ejercicio físico, definiendo estas el nivel de condición física de la persona. Es necesaria la inclusión de la práctica de actividad física en estilo de vida de la persona, para que esta tenga la máxima calidad posible.
Por otro lado, ha de considerarse el efecto preventivo que sobre la salud tiene la actividad física practicada de forma habitual.
La infancia está considerada de manera unánime como el periodo en el que se ha de adquirir un estilo de vida saludable, dado que el niño repite un determinado comportamiento, sin plantearse el porqué del mismo.
Existen diversos estudios en los que se ha comprobado que, si bien el niño es físicamente activo, el adolescente, debido a múltiples razones, comienza a abandonar la práctica asidua de ejercicio físico.
Adquieren una vital importancia los aspectos emocionales que posee el individuo acerca de su práctica de actividad física, lo agradable, divertido, bueno... que dicha práctica sea para él. Es fundamental que una persona sea atraída o se interese por la práctica de actividad física, es decir, esta debe ser amena para quien la practica.
Como nexo de unión entre los dos puntos de vista antes mencionados, la manera de entender la relación entre actividad física y salud depende del modelo de educación física que se siga, el cual puede ser médico, psicológico y sociológico.
El modelo médico como tal entiende la practica de actividad física como prevención de enfermedades, o bien como recuperación-rehabilitación de las mismas.
Por otra parte, el modelo psicológico entiende la salud como algo de lo que ha de responsabilizarse el individuo, defendiendo el cambio de conducta individual que una persona pueda aplicar en su propia vida.
Por último, el modelo sociológico postula la salud como un proceso de construcción social, donde se aúnan acciones individuales y colectivas con el fin de crear ambientes saludables.
Teniendo como punto de partida los citados modelos, para conseguir una adecuada educación para la salud es necesario que la asignatura de Educación Física tenga presente los siguientes aspectos: la creación de hábitos saludables, el desarrollo de la condición biológica, y la correcta utilización de espacios y materiales.

Fuente:  http://www.dl2gformacion.es/novedades/salud-y-deporte/

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