martes, 18 de marzo de 2014

Supercompensación

Cada vez que entrenas fuerte estás sometiendo a una sobrecarga a tus articulaciones, músculos y sistema cardiovascular, de modo que al acabar tu nivel físico es inferior al que tenías al empezar. Te desvelamos el secreto para que tu cuerpo funcione como una auténtica máquina.
Tu cuerpo al recibir el estrés de una sobrecarga se prepara para la siguiente sobrecarga con un crecimiento muscular y adaptaciones neuromusculares que hacen que los músculos se coordinen mejor entre ellos y sean más eficientes, además de otra serie de mejoras más complejas. Así la siguiente vez que entrenes estarás más fuerte y serás más rápido y resistente. Esta capacidad de adaptación o subida de nivel es la llamada supercompensación.
  • Si no te recuperas el tiempo suficiente después de un esfuerzo duro la supercompensación no se produce. Al contrario, si repites estos esfuerzos sin recuperación podrías llegar a un estado de fatiga crónica por entrenar con el cuerpo en estado de debilidad, la debilidad inducida por el propio entrenamiento.
  • Si dejas pasar demasiado tiempo tu estado de forma tampoco mejora, ya que los efectos de la supercompensación se han pasado y has vuelto al nivel inicial.
  • La clave es aprovechar la mejora de forma de cada sesión para iniciar la siguiente en ese momento bueno. Las diferentes cualidades tienen diferentes tiempos de recuperación ideales a respetar. Otra cosa que no podemos olvidar es que los cuerpos se adaptan y no necesita la misma recuperación un atleta de elite que un deportista aficionado.
En general el aeróbico ligero se puede hacer cada día (caminar, carrera, pedaleo o nado suave), el aeróbico medio-intenso requiere de un día de recuperación, aunque también se pueden hacer dos o tres seguidos y tomar un descanso de uno o dos días; las sesiones de fuerza conviene espaciarlas dejando un día completo de descanso y cuando hablamos de fuerza máxima y trabajos con alto componente anaeróbico es aconsejable no repetirlos hasta dos días después.
El estado de forma que adquiramos para una competición en concreto que deseemos participar, debe ser como el arroz: debe tener un punto exacto en el que debemos "apagar las hornallas". Ni es adecuado llegar a esa competencia que tenemos marcada en nuestro calendario con un estado de forma menor al esperado, ni con sobreentrenamiento. Ante estos dos "males" ("pasarse", o "no llegar"), siempre es mejor llegar un poco falto de entrenamientos, que un poco "excedido" de rodajes y series.
¿Qué sucede si nos hemos pasado con nuestro estado de forma y la competencia tan esperada aún no ha llegado? Que hemos de descansar, rodar suave, minimizar los entrenamientos de calidad, y entrenar "lo justito", para llegar a esa carrera en la que habíamos puesto nuestras ilusiones. Y, sobre todo, aprender del error para la próxima ocasión...

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